Cada vez que vemos en un envase “abre fácil” nos echamos a temblar. Siempre es falso, terminamos con la mermelada encima de los pantalones o el jamón cocido desparramado por el suelo de la cocina. Lo peor es cuando el contenido es líquido. Cualquier protección es poca, incluso abriéndolo dentro del fregadero, salta, siempre algo salta.
La tecnología ha venido a facilitarnos la vida, pero que de complicaciones hemos creado, por ejemplo la firma digital de la administración, un consejo de amigo… no lo intenten, desde conseguir el código famoso, hasta usarla por primera vez es una de las mayores perdidas de tiempo del mundo, siempre hay que ir en persona, al final pasa algo y hay que ir en persona. Que de cosas inútiles hemos inventado que no sólo no facilitan, sino que complican de una manera tediosa. “Abrefácil” cantidad de esfuerzos por no abrir como siempre estas cosas, con una tijerita o cualquier otro elemento punzante. Pero lo que me parece más insultante todavía es que en la futura 23ª edición del diccionario de la RAE ya se va a poder escribir junto.
Artículo nuevo.
Avance de la vigésima tercera edición
1. m. Sistema de apertura fácil incorporado a la tapa de algunos envases herméticos. U. t. en apos.
Hasta los académicos, esos señores tan serios y doctos que nunca ceden a las mentiras del comercio han caído en la trampa.
Hasta ellos.
La misma falsedad es la economía, pareciera el “abrefacil” de todos los problemas sociales, políticos y hasta religiosos. La economía fue la frase que llevó a la presidencia a alguien que la acompañó de la palabra estúpido, ha llevado a la fama a estafadores como Madoff y pensadores de alcurnia como Amartya Senn. La economía es responsable de la felicidad de los pueblos o de la desgracia de los mismos.
Vaya cantidad de mentiras y sobre todo de estafas que nos han hecho en honor a la economía. Unos que ahorres, otros que inviertas y gastes y todos tienen sus argumentos. Todos. Tan serios tan doctos.
Por qué ese afán de vendernos cosas capaces de salvarnos desde lo más pequeño hasta lo más grande y que además por lo general son grandes mentiras, disfrazadas de brillantes soluciones. Y como proliferan, la cantidad de dioses que hay por el mundo lo atestigua. Miles de “abrefaciles” que son una trampa, de firmas digitales que nos llevan en metro a estampar la analógica tras horas de pelea con la máquina, el funcionario y la institución que avala. Soluciones económicas que nos llevan a la ruina, o métodos infalibles que fallan en cuanto se aplican.
Qué será que nos hace tan fáciles de engañar. No voy a hablar de política que es la imagen que a todos nos ha venido a la cabeza pensando en lo anterior. De política ni pio. Pero claro si no creemos vaya mierda ¿no? Necesitamos creer, en el abrefacil o en la cubitera o en la economía, necesitamos pensar que alguien de verdad nos a solucionar los problemas.
Pues me temo que la solución es más compleja y la forma de aplicarla más larga. Me temo que las soluciones eficaces pasan por tomarnos nuestro tiempo, por devolvernos nuestro tiempo y por no querer que todo sea inmediato, fácil y digital. Tengo la ligera sospecha de que eso ha podido ser uno de los detonantes de la crisis actual. El pelotazo del ladrillo, la venta y compra de acciones, las inversiones a muy corto plazo, la lotería, que no tiene nada que ver pero se parece en lo de la solución milagrosa.
Es el tiempo, es la calma y es el volver a hacer las cosas con ilusión, con ganas, con pasión, emocionarnos con lo que hacemos, es la belleza del acto, es la hermosura del proceso, es la tranquilidad de la creación. Es la inspiración acompañada de ese reto de ponerla en marcha. Es volver a ser humanos y dejar de ser máquinas de acelerar situaciones.
¿O será que lo que me pasa es la vejez?