Muy pocas veces somos importantes de verdad para alguien. Hoy quiero contar que me siento importante para alguien y resulta que ese alguien me ha pedido que le escriba un artículo en este blog. Y he pensado, cuánto tiempo puede durar la importancia que tengo para ella. Entonces en un alarde de “egoísmo” he decidido dejar para la posteridad (toda la posteridad que tenga "el blog") esta “importancia” que me hacen sentir, que me cuentan y que se traduce en: “escríbeme algo en este blog para mi”.
Pues ahí va un artículo para ti, Ainhoa, mi hija adoptiva, adoptada, adaptada, esto último me trae a la memoria el día que yo le dije que lo que estábamos tratando de construir era un modelo de familia diferente, con ella, su hermana, mi hijo y su madre, mi compañera; cinco personas distintas y diferentes que intentaban armonizar su convivencia y ella contesto: “ésto no es una familia ,… ésto todo lo más es un GRUPI , Grupo de Personas Inadaptadas”. Desde entonces hasta ahora muchas son las cosas que han ido y venido en nuestras vidas, los países, las casas, los trabajos, el bienestar, el malestar, la convivencia, las distancias, los viajes, los deportes, los amigos, las amigas, las cercanías y lejanías. Toda una vida que nos ha pedido a los cinco una permanente transformación. Cambios, desde que Ainhoa entró en mi vida, o mejor dicho desde que yo entré en la suya, lo que ha tenido han sido cambios. Como toda la gente joven de hoy. Cambios que nadie entiende muy bien y que todos hacen unos esfuerzos inmensos por explicar. Cambios a los que algunos se adaptan mejor y otros peor, pero sin duda difíciles de entender y de colocar en aquello para lo que hemos sido educados.
Sin quererlo el GRUPI se ha ido convirtiendo en el ejemplo real de lo que es hoy día la sociedad, una pareja que no es pareja, según los cánones del siglo XX y menos aún de los del siglo XIX. Unos hijos que no son hijos, atendiendo a los mismos cánones, y un futuro que no es futuro, si pensamos en el futuro como un lugar en el que uno hace esfuerzos a fin de convertirlo en algo mínimamente predecible.
A través de Ainhoa, y claro de Anyala y de Alejandra, he ido descubriendo las dificultades de los jóvenes de hoy, no las evidentes: poco trabajo, mal pagado, mucha polución, concentración de capital, mano de obra muy cualificada y muy poco respetada, pocas alternativas laborales, vivienda cara, comida escasa, exceso demográfico, etc, etc. No, esas ya las conocemos de hace tiempo, incluso alguna parecida padecimos en nuestros tiempos. He ido descubriendo esas otras dificultades que nacen de nosotros, sus adultos. ¿Qué les decimos, qué hacemos con ellos, hacia dónde enfocamos sus esfuerzos, qué potenciamos en ellos, cómo los educamos? No es que me quiera convertir en el protagonista de todas las crisis, pero sí tengo la sensación de que mis padres lo tenían más claro sobre mi futuro y sobre lo que yo tenía que hacer para prepararlo, me daban unas instrucciones más claras, me podía o no fiar de ellos, pero su mensaje era diáfano, transparente, eficaz, salía de un lugar y llegaba a otro, de una manera fácil de entender. El mío es tan confuso como ellos ven el futuro.
Hasta aquí las instituciones eran esos espacios en los que uno se apoya y crece con ellos, por ejemplo la familia, y zas llegamos nosotros y la modificamos de tal manera que la familia como existía hasta la fecha se quebró de forma irreparable. La política era otra institución que de alguna forma estaba plagada de gente que era seria, más o menos eficaz, pero seria y honrada, zas, llegamos nosotros y la convertimos en un nido de discursos vacíos y sin sentidos organizacionales. La justicia, y zas la ralentizamos de tal manera y la politizamos con tanta inquina que hoy pocos son los que se la creen. La iglesia, y zas venga de pederastas y curas que se compran los trajes en Armani o en Hugo Boss. El deporte y ale nos convertimos en empresarios del fútbol. En los medios de comunicación y llego sálvame de luxe. Construimos el siglo XX sobre unos cimientos que hemos roto y les hemos dejado un espacio repleto de ruinas.
A nosotros nuestros padres nos dejaron las ruinas físicas, pero nosotros a nuestros hijos les dejamos las ruinas espirituales y así es más difícil crecer. Nosotros sabíamos lo que teníamos que reconstruir, pero ellos,… qué deben reconstruir ellos. Reconstruir la política y volverle a dar poder a los Estados, hacer de nuevo Estados Nación, frente a los destrozos de los mercados, pero es que los mercados también los hicimos nosotros, sí , los Golden Boys que manejan las bolsas de valores, esas que siembran el desconcierto son de nuestra generación, eran compañeros de clase… seguro que conocemos alguno. Los errores políticos también los hicimos nosotros, cuando nos hicimos de esa izquierda que termino siendo tan descafeinada que casi no se diferenciaba en nada de la derecha. Cuando construimos una Europa que no se sabe muy bien cómo funciona, pero que parece muy importante aunque no les sepamos decir porqué es muy importante a nuestros hijos. A veces ellos lo saben mejor que nosotros, a las pruebas me remito, Alejandra en Amsterdam, Anyala en Friburgo. Lo mejor de la UE, lo he dicho siempre son las becas Erasmus. Aunque ninguno de mis hijos esté con las Erasmus, sino más bien con los “Marasmus”.
Entonces Ainhoa me alegro mucho de serte importante, pero he de confesar que es un título que me otorgas y que en el fondo me pone en un apuro. Porque debiera saber que construir como referente para ti y no lo sé. Queríamos cambiar el mundo y lo hemos cambiado, pero ahora no sé si para bien o para mal, lo peor muchas de las cosas que consideramos grandes victorias se van convirtiendo en derrotas progresivas y de alguna manera inexplicables.
Mientras seguiré escribiendo en este cuaderno que ahora se llama blog, seguiré pensando en voz alta, como he hecho hasta ahora, para que me oigas, para que me digas cosas, para que me ayudes a entender que hacemos con el mundo, porque la verdad este es un problema de los dos, de los tuyos y de los míos, de los de tu generación y de los de la mía. Lo que hemos hecho no lo hemos hecho por joderos el futuro, te lo juro, me parece que vuestro futuro pasa por entender en qué hemos metido la pata para no repetir errores. Mira eso lo tengo claro, aprendimos de nuestros padres que las guerras son nefastas, y parece que las vamos sacando de nuestro modo de construir hacia adelante. Pero resulta que ahora hemos cometido otros errores, que dejan otro tipo de ruinas… Por favor mirad bien y entender en que nos equivocamos para no repetir, solo así seguiremos siendo una humanidad capaz de sobrevivir, aprendiendo de nuestros errores.
Por encima de todo solo tengo un consejo, recurrir a la creatividad con la misma pasión que se recurre al amor. Buscad ser creativos y construir vuestro propio mundo, que el nuestro ya ha demostrado su incapacidad para muchas cosas. Creatividad, mucha creatividad para seguir siendo capaces de soñar, de construir, de salir adelante, con otras reglas, procurando no cometer los mismos errores y sobre todo con una sonrisa que nos devuelva el sentido… del sentido del humor.
Gracias Ainhoa por hacerme sentir importante y por recordarme a cada rato que esto de estar vivo es un asunto que se entiende solo si sabemos transmitirlo de generación en generación, con la responsabilidad de todos y con el empujón de todos.